El Graffitti… arte que habla desde las calles
- Inés Maluenga de Díaz
- 9 sept 2022
- 4 Min. de lectura

Pintar o garabatear en cualquier superficie parece haber sido uno de los referentes históricos y artísticos por excelencia, de la manifestación y evolución humana, es así como desde hace mucho tiempo se ha dejado evidencias de las vivencias y momentos importantes desde la antigüedad en todas partes del mundo.
Con el pasar del tiempo, y desde el contexto de la convivencia e interacción humana, el colectivo social, convirtió la “pintura de paredes” o la “pintura de espacios” en la bandera de inscripciones satíricas o de protestas contra las represiones socio-políticas, la censura y las condiciones contraculturales, otorgándole al graffiti una condición de expresión vandálica callejera, que en muchos países, hoy en día, sigue siendo reprimida con acciones legales sobre quiénes la ejercen.
Pero lejos de esa etiqueta, en algunos otros lugares del mundo, este modo de pintura o arte visual callejero se ha erigido como un medio de conquista para la transformación de espacios, la inclusión social y el ornato artístico con mensajes e imágenes de alcances profundos en el consciente humano, pese a que su regulación sigue siendo cuestionable y variante según cada país, puede encontrarse expresiones bastante elaboradas del grafitti que han sido reconocidas mundialmente, llegando a exhibirse inclusive en galerías de arte de Nueva York, en muros internacionales e incluso en construcciones urbanísticas, todo ello gracias al trabajo que algunos grafiteros han desarrollado con métodos muy particulares que se han ganado el respeto del mundo del arte, tal es el caso de Jean-Michel Basquiat, Blek le Rat, Obey, Banksy, Keith Haring, Blu, por mencionar algunos.

Foto: www.lavanguardia.com – Bansky

Foto: Buenosairesstreetart.com – Blu

Foto: ttamayo.com - Jean-Michel Basquiat
Otro tanto, y considero igual de importante mencionar, es la connotación y empoderamiento que el grafitti ha proporcionado a la participación sin discriminar el género o la edad; aunque muy posiblemente las mujeres en algún momento tuvieron que formar agrupaciones para poder hacer visibles su producciones gráficas, también es muy cierto que algunas de ellas ya tienen ganado su respeto en el medio grafitero y del arte, encontrándo por ejemplo las producciones de Lady Pink, Lady K, Shamsia Hassani, MadC, Laila Ajjawi y Julieta XLF, entre otras tantas; además, en lo que se refiere a la generaciontercera edad podemos comentar el trabajo realizado por el grupo portugués de grafiteros “Graffiti Grandmas” (Abuelas Grafiteras), miembros de Lata 65, que se ha dedicado a romper con los estereotipos de la edad y percepciones culturales a traves del arte.

Foto: stopstreetharassment.org - Laila-Ajjawi

Foto: dw.com de Marco Prosch – MadC

Foto: thecultural.es de Pablo Ortuño – Julieta XLF

Foto: mezquitademujeres.org - Shamsia Hassani.

Foto: vice.com/es de Cortesía Lala Rodríguez -
Lo particular e increíble del grafitti, es que éste no es buscado por el espectador, sino que va hacia él y lo impacta de tal manera que llega a expresar en muchas ocasiones lo que NO se dice en los canales de comunicación regulares, además, proporciona a cada espectador una lectura o comprensión según su relación y percepción con el entorno que ha vivido. Pero si se desea realizar un análisis más específico sobre el graffiti de calle, algunos autores consideran importante visualizar los siguientes elementos:
El Tag (firma) en la parte de abajo o arriba de la producción: Es la marca, clave o nombre del autor;
El nombre del crew o crews en caso que sea un colectivo;
Throw up (vomitado) en el fondo: Es la composición que cubre la superficie en la que se trabajará y que generalmente suele colocarse en un solo color;
Todas las producciones clandestinas son letras dibujadas de tamaños amplios y, muchas veces, superpuestas, que indican la placa del grafitero.
Los códigos gráficos:
Flechas: los primeros dos son trazos estilísticos, pero indicativos de la producción;
Subrayados: reafirman la importancia de la firma;
Burbujas: son adornos que acompañan a otro tipo de producciones; y
Tachones: tienen una connotación negativa, puesto que implican "pasar línea" sobre otro grafitero.
Grafittis o Muralismo
Muchos consideran un mural en las mismas condiciones del grafitti, sin embargo existen algunas diferencias que mantiene la fidelidad de cada uno de los estilos y entre los que destacan la espontaneidad emotiva, la tipografía, los colores y el estilo narrativo; así se pueden encontrar multiples obras de grafiteros que se han alejado de la crítica social priorizando la estética en muchos de sus trabajos para crear obras con muchísima armonía, y que en alunos casos ellos mismos han denominado como arte en aerosol, post grafitti, street art o muralismo.
Por su parte, el muralismo cobra un sentido de movimiento artístico hacia 1922 en México, cuando artistas e intelectuales mexicanos participaron en la construccion de una identidad nacional que consolidara los ideales sociales creados en la revolución y cambiara las ideas raciales contra los indígenas; este movimiento trascendió las fonteras mexicanas con “los tres grandes” David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera y José Clemente Orozco, sin embargo la participación de mujeres fue incrementándose encontrando obras de valisosas narrativas como las de Aurora Reyes, Elena Huerta, las hermanas Marion y Grace Greenwood, por mencionar alguna de ellas.

Foto: artelista.s3.amazonaws.com – “Los tres grandes”
En fin, aparte de la crítica que aborda el grafitti, la espontaneidad y libertad creativa tienen más espacio de actuación que en el muralismo, donde se representa hechos con pintura, muchos en el medio artístico comentan que cada vez es más estrecha la linea que separa al graffiti del muralismo, pero otrs tantos aseguran que mientras existan condiciones de represión y discriminación, el graffitti satírico y protestatario siempre tendrá vigencia y reclamará espacio de visualización.
El mural más grande del mundo
“El Mural das Etnias”, ubicado en la zona portuaria de Rio de Janeiro creado por Eduardo Kobra, tiene 3.000 metros cuadrados y se considera uno de los murales más grandes del mundo, oficializado en agosto de 2016 en el Libro Guinness record. Para su construcción se utilizaron 1.800 litros de pintura blanca en la parte inferior de la pared, 700 litros de pintura de colores y 3.000 latas de aerosol. El mural tiene 15 metros de alto y 170 metros de largo.
El autor, graffitero desde la adolescencia y aficionado al arte callejero desde niño, es actualmente uno de los mejores muralistas del mundo con autoría de obras en los 5 continentes, y siempre asociados a mensajes sobre temas sociales.

Foto: freewalkertours.com – Eduardo Kobra
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